El mantenimiento de una piscina es muy sencillo si sabes bien cómo hacerlo, sino puede resultar una tarea pesada y difícil. Además, puede acarrear problemas para el agua, para la propia piscina y, lo que es más importante, para las personas.
Lo más importante del mantenimiento es la desinfección, pero hay otros aspectos que también hay que tener muy en cuenta. Para elegir los productos y técnicas adecuadas, tienes que elegir qué aspecto vas a tratar y saber el volumen de agua de la piscina.
El volumen del agua se calcula sumando la profundidad máxima y la mínima y se divide por 2. Si las medidas las tomamos en metros el resultado será en metros cúbicos. Recuerda que cada metro cúbico de una piscina contiene 1000 litros de agua.
Lo más práctico es organizar una serie de tareas de mantenimiento diarias y semanales.
Tareas diarias
- Regular el PH del agua. El PH es una medida de grado de acidez que va del 0 al 14. El agua debe estar siempre entre el 7 y el 7,8.

- Analizar el nivel de desinfectante. El cloro debes regularlo a un nivel entre 0,5 ppm y 2ppm de cloro libre, mientras que el combinado con materia orgánica no debe exceder los 0,6 ppm.

- Limpiar la superficie del agua para quitar hojas o insectos que hayan podido caer durante el día.

Tareas semanales
- Añadir desinfectante antialgas, especialmente si el agua supera los 25º y cuando llueve. Si la piscina está infectada, el agua se pone verdosa. Es necesaria una limpieza física para eliminarlas del fondo y las paredes, añadir producto antialgas y limpiar los filtros. Además, debemos continuar con este tratamiento durante toda la temporada para evitar que vuelvan a aparecer.

- Limpiar cestos de skimmers y del prefiltro.

- Si el agua está turbia o tiene un color blanquecino, hay que añadirle un floculante. Este producto reúne las impurezas del agua que podrás recogerlas en el fondo cuando realices la limpieza de fondo y paredes.

- Comprobar el grado de saturación del filtro. Se mide con el manómetro en el mismo filtro. Si la presión es alta debemos lavarlo.
- Limpiar el fondo y las paredes.

- Hacer un contralavado del filtro.
- Reponer las pastillas del cloro.
¡Ya no hay escusa para mantener la piscina perfecta hasta final del verano!